La calefacción de gas es la más habitual en los hogares españoles. Es un poco costosa, pero fácil y limpia. Además, la calefacción de gas también puede ser versátil, ya que la misma energía puede utilizarse también para el agua caliente sanitaria o como apoyo a la calefacción solar.
¿Qué sistema de calefacción elegir entre radiadores, suelo radiante y techo radiante? ¿Qué caldera debe elegir para su instalación? En este texto respondemos a todas estas preguntas.
Instalación de calefacción de gas: ¿nuevo o renovación?
La calefacción por gas es necesariamente un sistema con portador de fluido, es decir, una caldera de gas calienta el agua contenida en un circuito específicamente destinado a la calefacción. Una vez calentada, el agua circula por el circuito para transmitir sus calorías a uno o varios difusores utilizados para calentar las habitaciones.
Existen dos categorías de difusores de calor: los radiadores y los calefactores de pared.
Radiadores
Los radiadores, un elemento clásico de los sistemas de calefacción central, difunden el calor transmitido por el agua que circula por ellos.
Hay dos tipos de radiadores de calefacción central:
- Los radiadores de agua caliente son los de una instalación antigua (radiador de hierro fundido) o modelos más modernos de acero aleado, que pueden ser de diseño, incluso muy estéticos. Estos radiadores pueden adquirirse para una nueva construcción o conservarse al renovar una instalación existente.
- Los radiadores de baja temperatura tienen un diseño más moderno y suelen estar fabricados en aluminio con diversas formas y diseños. Pueden instalarse en edificios nuevos o sustituir a los radiadores de agua caliente, manteniendo el circuito existente en una reforma.
Paredes calefactadas
El calor se difunde a través de una pared en la que se ha incrustado durante la construcción una red de tubos de calefacción, generalmente de PER (polietileno reticulado).
Se distingue entre los diferentes tipos:
- Suelo radiante: es la solución más habitual, en la que la red de calefacción de baja temperatura se coloca sobre la losa antes de cubrirla con una capa de acabado. Esta es la solución más habitual, en la que la red de calefacción de baja temperatura se coloca sobre el forjado antes de cubrirlo con su revoque de acabado. Es habitual en las construcciones nuevas, pero bastante cara en las reformas, a no ser que haya que rehacer o elevar el forjado.
- Calefacción de techo y pared: utilizan el mismo principio, pero la red de baja temperatura se empotra en el techo o en la pared. Accesible en los edificios nuevos, pero difícil en las renovaciones, a menos que se hayan considerado nuevas paredes o una ampliación.
Tipos de calderas de gas
El principio de una caldera de gas es siempre el mismo: el gas es el combustible fósil que se quema en la caldera, la combustión del gas produce un calor que se transfiere al agua del circuito y posiblemente al agua sanitaria (directamente o a través de un depósito).
Pero existen diferentes tipos de calderas según el tipo de distribución del calor en la vivienda, el tipo de caldera de gas debe elegirse entre los siguientes tipos:
- Calderas de gas de agua caliente: son las calderas de gas tradicionales, que calientan el agua de la calefacción central generalmente a unos 55°C para distribuirla a los radiadores tradicionales. Este es el caso clásico de las calderas murales de gas, que a menudo también producen agua caliente sanitaria, y que se instalan con más frecuencia en los proyectos de renovación que en los de nueva construcción.
- Calderas de gas de baja temperatura: están diseñadas para calentar el agua del sistema de calefacción a una temperatura más baja para su distribución a radiadores de baja temperatura (< 50°C) o a la calefacción por suelo radiante, la calefacción de techo o una pared de calefacción (< 28°C). Por lo general, estas calderas deben estar acopladas a un sistema de agua caliente sanitaria. Preferido en instalaciones nuevas, es una solución válida para la renovación, pero requiere la elección de difusores adaptados a la calefacción de baja temperatura.
- Calderas de gas de condensación: el sistema de condensación consiste en recuperar el vapor de agua creado por la combustión y condensarlo antes de calentarlo en otro cuerpo de calefacción situado generalmente en el retorno del agua fría y alimentado con temperatura por los gases y humos de la combustión. Estas calderas de condensación son más económicas y respetuosas con el medio ambiente que las calderas tradicionales.
Precios de la instalación de la caldera de gas
El precio de una caldera de gas convencional varía en función de su potencia y del suministro de combustible (gas natural o propano). Oscila entre los 500 y los 1.000 euros.
Las calderas de baja temperatura oscilan entre los 1000 y los 5000€, pero para la compra de un radiador adaptado, cuente entre 200 y 1.000 euros, según la potencia y el diseño deseados
Para las calderas de condensación deberá pagar entre 400 y 650€ de media para la instalación y el sistema de desagüe, más el precio de la caldera de condensación.