La inspección periódica de las calderas de gas es una obligación legal que no solo protege nuestra seguridad, sino que también contribuye a reducir los gastos derivados de su uso y es beneficiosa para el medio ambiente. De hecho, la legislación pertinente regula la frecuencia con la que deben realizarse las revisiones necesarias.
En este artículo, desde Magallón Instalaciones te proporcionamos toda la información que necesitas sobre la revisión obligatoria de tu caldera de gas.
¿Por qué es obligatoria la revisión de la caldera de gas?
La obligación de revisar la caldera viene establecida por el Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que regula el control y mantenimiento de los sistemas térmicos.
Esta necesidad de revisar y controlar el estado de la caldera tiene por objeto prevenir el riesgo de accidentes relacionados con el mal funcionamiento o el envejecimiento del sistema de calefacción. Además, también mejora la eficiencia energética de la caldera y asegura que cumpla con los requisitos técnicos necesarios.
Por lo tanto, es fundamental conocer cuáles son los plazos en los que hay que realizar dicha revisión y quiénes son los especialistas a los que hay que dirigirse para mantener correctamente el sistema.
¿Con qué frecuencia debe revisarse la caldera de gas?
En la actualidad, existe la obligación de revisar la caldera de gas cada dos años en el caso de las calderas domésticas, cuyo consumo es menor o igual a 70kW. Las calderas que superan dicho consumo deben realizar las revisiones mensualmente.
No obstante, pese a que la ley obliga a realizar la revisión cada dos años, se recomienda llevar a cabo una revisión anual de manera preventiva, con el objetivo de detectar posibles fallos antes de que se agraven.
Por otra parte, es importante no confundir la revisión obligatoria de la caldera de gas con la Inspección Obligatoria del Gas, que debe realizarse cada cinco años y tiene el objetivo de comprobar que todos los elementos que componen la instalación de gas se encuentran en buen estado de funcionamiento.
¿En qué consiste la revisión obligatoria de la caldera?
La revisión obligatoria de la caldera de gas consiste en una serie de pruebas de diagnóstico que permiten evaluar en profundidad el estado general del sistema, examinando y verificando el correcto funcionamiento de sus componentes.
Algunas de las tareas más importantes que debe incluir la revisión de la caldera son:
- Comprobación visual de la caldera, analizando cualquier posible señal de funcionamiento incorrecto de cualquiera de los elementos del sistema.
- Revisión de la presión de la caldera.
- Revisión de la ventilación.
- Prueba de estanqueidad para comprobar que no existe ninguna fuga.
- Revisión de los gases de combustión.
- Limpieza del quemador.
- Comprobación de la cámara de combustión.
- Controles de seguridad y accesibilidad en caso de emergencia.
- Sustitución de las piezas necesarias.
¿Quién debe encargarse del mantenimiento y las revisiones de la caldera de gas?
La legislación vigente obliga a que las revisiones y puestas a punto de las calderas de gas sean realizadas únicamente por técnicos autorizados, habilitados para emitir la documentación que certifique el correcto funcionamiento de la caldera de gas.
El técnico que realiza la inspección tiene la tarea de:
- Anotar todas las operaciones de inspección realizadas en el libro de registro de la caldera.
- Redactar el informe de inspección técnica de mantenimiento.
- Colocar la pegatina que certifica la conformidad del sistema.
No obstante, es el propietario de la vivienda el que debe encargarse de solicitar la revisión de la caldera, por lo que se recomienda contratar un servicio de mantenimiento que se ocupe de llevar a cabo las revisiones periódicamente.
¿Cuáles son las sanciones por no realizar los controles?
Si no se han llevado a cabo los controles legalmente exigidos, te arriesgas a incurrir en sanciones administrativas. El importe de la multa puede variar dependiendo del estado y la gravedad de la situación.
Lógicamente, el suministro de gas será cortado y no se podrá contar con calefacción ni agua caliente, tanto como medida de sanción como para evitar daños graves que se puedan ocasionar por el mal mantenimiento de la caldera.
Además, el no realizar las revisiones periódicas en los plazos indicados puede tener graves consecuencias para la seguridad, ya que es más probable que se produzcan fallos de funcionamiento y accidentes. También generará un mayor consumo de gas, debido a la pérdida de rendimiento energético.