¿Tus radiadores no se calientan correctamente? ¿Se notan fríos al tacto? No te preocupes, este problema tiene fácil arreglo. Es el momento de purgar los radiadores.
Purgar tus radiadores es un trabajo sencillo que puede ayudar a que tu casa se mantenga caliente. Además, también puede hacer que ahorres dinero en las facturas, ya que los radiadores funcionan con la caldera y, si no están bien purgados, estarás pagando por la energía consumida por la caldera pero no disfrutarás de una temperatura agradable.
En este artículo, desde Magallón Instalaciones te contamos cuál es la forma correcta de purgar los radiadores de tu vivienda.
¿Por qué es necesario purgar los radiadores?
Los radiadores están diseñados para calentar el aire de dos maneras: por radiación y por convección. Funcionan de forma similar a una chimenea o una estufa: a través de ondas electromagnéticas, un radiador transfiere el calor al aire mediante energía radiante. El aire caliente sube cuando el aire próximo a un radiador se calienta con energía radiante; así, arrastra el frío a través del radiador y realiza el ciclo de movimiento del aire.
Con el tiempo, el aire puede entrar en el sistema de calefacción y subir a la superficie de los radiadores, sobre todo en aquellos alimentados por bajantes y más alejados de la caldera. Este aire repercute en el funcionamiento de los radiadores para calentar eficazmente la habitación y, además, oxida las tuberías.
Cuando este aire queda atrapado dentro del radiador, se oye un sonido de gorgoteo que sale del mismo. Estos sonidos se producen debido a la vibración que provoca una presión de aire irregular.
Cuando notes que el radiador tarda mucho en alcanzar la temperatura deseada o deja algunos puntos fríos, será el momento de purgarlo. Cuando se purga un radiador, se libera el aire que ha quedado atrapado en el sistema y este vuelve a funcionar correctamente.
¿Cómo purgar un radiador?
1- Enciende la calefacción
Antes de purgar, enciende la calefacción y deja que todos los radiadores se calienten. Esto creará presión en el radiador, forzando la salida del exceso de aire.
2- Determina qué radiadores necesitan ser purgados
Comprueba todos los radiadores de la casa y observa si la parte superior está más fría que la parte inferior, así como los posibles ruidos de gorgoteo. Si ocurre esto, lo más probable es que se deba al aire atrapado en los radiadores, que está impidiendo que el agua caliente llene el radiador.
3- Apaga la calefacción
El purgado de los radiadores debe realizarse con la calefacción apagada y una vez los radiadores se hayan enfriado.
4- Comienza por el radiador más próximo a la caldera
Debes purgar en primer lugar el radiador que esté más cerca de la caldera y continuar siguiendo el recorrido que hace el agua por las tuberías.
5- Prepara la zona
Al purgar los radiadores saldrá agua, por lo que conviene poner toallas o algún recipiente en el suelo para ahorrarte el posterior trabajo de limpieza.
6- Abre la válvula de purga del radiador
Antes de pasar a purgar el radiador, debes abrir la válvula de purga, que encontrarás en la parte lateral superior del radiador. Con la llave del radiador (o un destornillador), podrás abrir la válvula y girarla en el sentido contrario a las agujas del reloj hasta que oigas un siseo cuando el aire salga. Mantente a una distancia prudencial del aire que sale, porque puede estar caliente y tener mal olor.
7- Purga el radiador
Con girar la válvula un cuarto o media vuelta será suficiente, no debes abrirla por completo. Deja salir el aire, junto con el agua, hasta que deje de salir aire y el flujo de agua sea uniforme. Después, gira la llave en el sentido de las agujas del reloj para cerrar la válvula de purga.
8- Repite el proceso con el resto de radiadores
Debes seguir el mismo procedimiento con todos los radiadores de tu casa que necesiten ser purgados. Recuerda que debes comenzar por el más cercano a la caldera y continuar en el sentido en el que circula el agua en el circuito de calefacción.
9- Comprueba la presión de tu sistema de calefacción
Después de purgar todos los radiadores, tendrás que volver a presurizar el sistema de calefacción, ya que con el purgado siempre se pierde algo de agua y la presión puede bajar. Asegúrate de que la manecilla que indica la presión de la caldera está entre 1 y 1,5 bares.