En los últimos años la energía solar es uno de los recursos que más se han desarrollado, ya que su utilización resulta un asunto urgente.
Si te preocupa una forma de vida más sostenible en cuanto a consumo y generación de energía, es probable que hayas considerado la posibilidad de instalar paneles solares para las actividades diarias domésticas.
Dentro del ámbito de la energía solar hay dos categorías entre las que puedes elegir: los sistemas fotovoltaicos y térmicos.
Aunque ambos funcionan de forma similar, extrayendo su energía del sol, sus aplicaciones son totalmente distintas. Desde Magallón Instalaciones te explicamos la tecnología detrás de ambos y en qué se diferencian.
¿Qué es un sistema solar térmico?
Los sistemas térmicos y fotovoltaicos generan energía con la luz del sol, pero con la diferencia de que los térmicos calientan el líquido a altas temperaturas, que luego se convierte en energía eléctrica.
Los sistemas solares térmicos pueden utilizarse para calentar tanto el agua como otras superficies. Suelen contar con varios componentes: una bomba, un panel de control, tuberías aisladas y un intercambiador de calor. Los más importantes son los colectores y el fluido térmico que es el principal responsable de la generación de energía.
¿Qué es un sistema solar fotovoltaico?
El sistema de funcionamiento de un sistema solar fotovoltaico es más sencillo, pues los paneles fotovoltaicos participan directamente de la luz del sol para producir energía eléctrica.
Aunque es mucho más dependiente de la luz solar que el térmico.
Existen principalmente tres tipos de sistemas solares fotovoltaicos: Se pueden clasificar en células fotovoltaicas monocristalinas y policristalinas, o células solares de capa fina. Aunque todas ellas tienen composiciones minúsculas, todas utilizan la misma técnica para la conversión de la energía eléctrica.
Solar térmica vs fotovoltaica: la verdadera diferencia
Tecnología
Existe una sorprendente diferencia entre el funcionamiento de los sistemas solares fotovoltaicos y los sistemas solares térmicos, aunque ambas fuentes de energía sean las mismas.
Los sistemas solares térmicos funcionan principalmente calentando fluidos con luz solar concentrada y luego impulsándolos para convertirlos en energía utilizable, mientras que los sistemas solares fotovoltaicos, en cambio, emplean un mecanismo más complejo para la misma función.
Generan energía basándose en el efecto fotovoltaico, que es básicamente la conversión de fotones en electrones con la ayuda de los semiconductores que están presentes en las células solares que componen los paneles solares en general.
La presencia de los semiconductores es necesaria para los sistemas solares fotovoltaicos, mientras que, por otro lado, es necesario tener un suministro casi constante de luz solar con los sistemas solares térmicos.
Tamaño y capacidad
En términos de tamaño, los sistemas solares térmicos ocupan un espacio considerablemente menor que los sistemas solares fotovoltaicos.
Si hablamos de fotovoltaica frente a solar, los sistemas solares térmicos requieren alrededor de tres o cuatro metros cuadrados de espacio, mientras que los sistemas solares fotovoltaicos pueden necesitar hasta diez metros cuadrados para funcionar correctamente.
La diferencia entre la fotovoltaica y la solar térmica se debe principalmente a que los sistemas solares fotovoltaicos requieren una gran superficie para que haya más células solares en la superficie.
Y frente al 20% de radiación que convierten los sistemas solares fotovoltaicos en energía eléctrica, los sistemas solares térmicos pueden convertir en energía eléctrica alrededor del 90% del calor que reciben del sol.
Eficiencia y almacenamiento de energía
En este caso, tendremos que volver a considerar la diferencia entre las tecnologías de los paneles solares térmicos y los paneles fotovoltaicos. Los primeros convierten los rayos del sol en energía, mientras que los segundos transforman el calor recibido del sol en energía.
En última instancia, esto significa que los sistemas solares fotovoltaicos funcionan mejor cuando reciben luz solar directa: en los días nublados, su rendimiento se reduce en torno al 30%. Son bastante peores a la hora de almacenar energía que los sistemas solares térmicos, que utilizan tecnologías de almacenamiento de energía térmica.
Coste
Se puede decir que la diferencia en los costes de los sistemas solares térmicos frente a los solares fotovoltaicos es bastante mínima. Ambos pueden considerarse inversiones a largo plazo y, por tanto, pueden ser bastante caros. Los sistemas solares fotovoltaicos han sido, con mucho, más caros que los sistemas solares térmicos; sin embargo, sus costes se han reducido gracias a las tarifas y a los pagos de incentivos.